Era un señor tan pequeño, pero tan pequeño, que se sentó en un billete de 100 y sobraron 99 pesos.
Era una gallina tan flaca, que en vez de dar huevos daba lástima.
Era una señora tan gorda pero tan gorda, que cuando murió tuvieron que hacerle su propio cementerio.
Era un viejito que tenía los dientes tan amarillos, que su lengua tenía que usar lentes porque se encandilaba.
Era un hombre tan gordo, que la policía lo disolvió porque pensaban que era una
manifestación.
Era un señor tan optimista que una vez le dio un infarto y dijo que fue una corazonada.
Era una mujer tan enana que al morirse no se fue al cielo, se fue al techo.
Erase una vez un loco, pero tan loco, que fue a meterse al manicomio él solo.
Era una señora tan gorda, pero tan gorda, pero tan gorda, que cuando se caía de la cama, se caía para los dos lados.
Erase una vez un gordo, pero tan gordo que para encontrarse el ano tenia que buscarlo en un mapa.
Era un delincuente tan gordo, tan gordo que la policía no lo podía rodear.
Erase una vez un niño tan feo, pero tan feo, que cuando nació el doctor dijo "si no llora, es el hígado".
Era una casa tan chiquita, pero tan chiquita, que cuando llevaron un cuadro de la Santa Cena, los apóstoles se quedaron afuera
Era tan honrado, que cuando encontró un trabajo, lo devolvió.
Erase una vez una gorda, pero tan gorda, que cuando llegaba a su casa su panza llegaba media hora antes.
Era un tipo tan gordo, tan gordo, que era más fácil brincarlo que darle la vuelta.
Era un tipo tan feo, pero tan feo, que cuando comía limón, el limón hacia caras.
Era un tipo tan enano, pero tan enano, que cuando se sentaba en el suelo le colgaban los pies.
Había una muchacha tan flaca, tan flaca, que cuando murió y la enterraron, tuvieron que echarle embutidos al ataúd para que comieran algo los gusanos.
Era una vez un señor tan rico, pero tan rico, que se lo comieron.
Hubo una vez una competencia de los más mentirosos del mundo, en la final quedaron un ruso, un norteamericano, y un mexicano.
Cuando comenzó la final, el ruso dijo:
Nosotros los rusos, le pusimos sal al mar.
Todo el mundo quedó impresionado.
Le toca el turno al norteamericano, y dice:
Nosotros sembramos el árbol donde Adán tomó la manzana.
Todo el mundo más impresionado que el concursante anterior. Ahora le toca el turno al mexicano el que dice:
¡Yo los vi a los dos!
Últimas noticias, un gemelo suicida mata a su hermano por equivocación.
Era un hombre tan flaco, pero tan flaco, que para ponerle una inyección se la tenían que poner a la carne del almuerzo.
Era un hombre tan flaco, pero tan flaco, que no tenía intestino grueso.
Era un hombre, tan limpio, pero tan limpio, que cuando se bañaba limpiaba el jabón.
Era un hombre pero tan, tan, tan bajito, que era el último en saber que llovía.
Había una vez un hombre tan, pero tan alto que vendía chicles en los aviones.
Era un hombre tan viejo, tan viejo, tan viejo, que en vez de traerlo una cigüeña lo trajo un pterodáctilo.
Era un hombre tan flaco, pero tan flaco, que cuando se pesaba la báscula le decía, móntese pues.
Había una vez una señora tan, pero tan presumida, que en vez de usar zapatos de piel de cocodrilo, usaba un cocodrilo en cada pie.
Era un señor tan alto que tenia la vista nublada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario